Después de analizar funcional y espacialmente el cementerio de Pencahue -ubicado a 30 minutos de Talca-, la arquitecta Carolina Guerra identificó una red subterránea que llevaba el agua desde una gran copa elevada a diferentes puntos de distribución, para el uso de sus visitantes. Este sistema, que no funcionaba correctamente, fue el punto de partida para generar un nuevo hito visible desde la toda la ciudad, reutilizando materiales locales y mejorando el espacio habitable en el interior del cementerio.
Más detalles, a continuación.
Descripción por la arquitecta. El proyecto “Los caminos del agua” se ubica en el cementerio de Pencahue, con el fin de crear un hito en la ciudad a partir de lo existente, una precaria copa de agua.
Se cubre a través de una estructura de acero y revestimiento de madera reciclada (duelas de roble francés) alcanzando una altura visible (6 metros) desde la ciudad y el cementerio, apareciendo como un lugar de descanso, estar y contemplación. También se busca generar un punto de encuentro dentro del cementerio, dándole un orden a la porción más amplia de terreno baldío.
Siguiendo con el tema del agua se intervienen los puntos de agua existente -alimentados por la copa de agua- construyendo suelos para el mejor uso de sus visitantes. Principalmente se ordenan espacios desaprovechados, logrando crear un lugar de permanencia central en el cementerio. Un lugar donde las personas se pueden sentar y reflexionar, después de visitar a un familiar.
Lugar
El proyecto comienza con un autoencargo mediante la exploración de elementos inconclusos dentro del tejido urbano. De esta manera se comienza un viaje por google earth sobre la séptima región, buscando un espacio donde se reflejara esta condición. Llegando a...
Pencahue; Lugar invisible (mapudungún)
Tierra de zapallos y calabazas (quechua)
El pueblo de Pencahue tiene una estructura clara en base a dos calles.
Calle camino norte a Botalcura y calle camino poniente a Iloca. Toda la población sigue este orden. Pero fuera de esta trama, se observa el cerro de la ciudad y en el, el Cementerio Parroquial de Pencahue.
Como en las antiguas necrópolis (del griego νεκρόπολις, ciudad de los muertos) Cementerio de gran extensión, en que abundan los monumentos fúnebres.
Las necrópolis fueron construidas por varias razones, a veces eminentemente religiosas o con el propósito de evitar los constantes robos de los ricos ajuares funerarios de faraones y nobles, configurando los enterramientos como lujosas galerías subterráneas, pero ocultando y sellando sus accesos.
Muchas culturas fundaron necrópolis en respuesta a la prohibición de practicar enterramientos dentro de los límites urbanos. Este caso se repite en varios cementerios en la séptima región, por lo menos 7 vistos; una condición interesante de estudiar; la importancia de lo sagrado y su enaltecimiento al dejarlo en lo alto de la ciudad.
Luego de verlo y estudiarlo por google earth, se visita Pencahue, a 30 minutos de la ciudad de Talca (aproximadamente).
Subiendo la calle la paz a 5 minutos de la plaza se encuentra el cementerio parroquial.
La primera observación es que desde la ciudad se divisa el muro poniente del cementerio, un árbol y una parte de la copa de agua plástica. Luego ya en el lugar, se ven varias oportunidades de proyecto.
Se observa el espacio donde se encuentra la copa de agua (que se avistaba desde la ciudad). Es el espacio más amplio y sin intervención, debido a sus grandes rocas. Otro tema eran los puntos de agua, que se ven vinculados con la copa de agua, ya que se alimentan por la misma. Estos son sumamente utilizados, pero su problema es que se aposan las aguas.
Estos dos temas estaban muy ligados entre si, y también tienen una bonita analogía: “el agua es vida” en un cementerio, fundamental para permitir que las flores llevadas por los visitantes permanezcan por más tiempo en el lugar, signo de vida.
“El agua no es solamente un elemento natural, un servicio, una restricción, un peligro, es antes que nada un elemento revelador de relaciones vitales, un símbolo, un vínculo que une las cosas”. Alexender Chemetoff.
La copa de agua
Tiene alrededor de 4 metros de altura y se puede percibir desde la ciudad, en composición con el árbol y el muro poniente. Una superficie de 25 m2 libres para intervenir. La idea fuerza es poner en valor la copa de agua, dejándose ser vista, desde la ciudad, y vivida como un espacio para estar, desde el cementerio.
“El programa de acopio de agua adquiere potencialmente diversas fisonomías, entre ella la de la copa de agua.
Esta modalidad de arquitectura hidráulica presenta en virtud de su emplazamiento y tamaño una notoriedad particular en la ciudad...” Revista ARQ 43 EL AGUA
Puntos de agua
Son tres puntos de agua, principalmente ocupados por los usuarios del cementerio para regar las plantas y flores que le llevan a sus familiares. El principal problema es que están rodeados de tierra, juntándose barro, sobre todo en invierno. Y es muy incomodo acceder a ellos.
El Material
El material era un problema, ya que se necesitaba un material de bajo costo por la envergadura del proyecto. Ahí surgió el tema de las duelas, madera de roble francés y americano. Material propio del lugar, ya que son utilizadas por las viñas.
Estas son sumergidas en los contenedores de acero para que el vino tome sabor y aroma a roble. Por contenedor se utilizan 6000 a 10.000 duelas, dependiendo del tamaño del contenedor. Las duelas fueron donadas por la Viña Concha y Toro, ubicada en Rauquén, a 10 minutos de Pencahue.
Estrategias de diseño
Se crea una estructura de acero en forma de dodecaedro, con seis pilares y seis espacios entre anillos horizontales, donde la duela va puesta por el exterior e interior de los anillos. Esto genera una profundidad desde lejos y un entre-ver desde la inmediatez.
Los seis espacios entre anillos horizontales, se dividen en tres franjas.
En las primeras dos franjas (de abajo hacia arriba), las duelas van puestas una por medio, por el exterior y por el interior, complementando el espacio vacío del exterior. Así va tapando lo que no se quiere mostrar (estructura de madera de la copa de agua existente).
Las dos franjas del centro siguen exteriormente la línea de la que vienen desde abajo. Pero las interiores se desfasan para dar un grado de visibilidad parcial. Y por último, las dos últimas franjas van puestas solo por el exterior, dando mayor visibilidad, entre la duela y el cielo, formando un bonito complemento.
Los suelos, de los puntos de agua y la copa principal, fueron realizados con la misma madera, pero de canto, generando plataformas que pudieran drenar el agua, para la mejor circulación, estar y comodidad del usuario.
Conclusión
El proyecto logró su objetivo inicial, ser un hito arquitectónico y paisajístico en la ciudad, que puede verse desde la entrada de la ciudad y desde la ciudad. Se cumplieron las estrategias de diseño y la imagen objetivo que se esperaba.
El lugar, que antes era baldío e inutilizado, se transformó en un lugar de estar y contemplación, con un amplio cono de sombra donde las personas pueden permanecer. También se transformo en un punto de referencia y encuentro, que llama la atención por su altura y la belleza del material.
Finalmente se realizó un proyecto con materiales de la zona, las duelas y se trabajó con una problemática real. Se cambio la imagen del cementerio y se aprovecho un espacio que no se iba a utilizar por las condiciones del terreno.
Arquitecta: Carolina Guerra González
Proyecto: Los caminos de agua, Cementerio de Pencahue / Proyecto de Título de la Escuela de Arquitectura, Universidad de Talca
Año: 2014
Proceso de Diseño: Abril 2013 - diciembre 2013
Proceso de Construcción: Marzo 2014 - Julio 2014
Fecha de Entrega de la Obra: 30 julio 2014
Mandante: Parroquia de Pencahue
Ubicación: Pencahue, Séptima región, Chile
Comisión de Profesores: Blanca Zúñiga, Fernando Montoya, Juan Román
Profesor Guía: Juan Román, Arquitecto
Inspección Técnica de Obra: Cristián Palma, Arquitecto
Materialidad: Acero y Duelas (madera reciclada de roble)
Costo: $ 1.585.820
Financiamiento: Aporte Municipales, privados, propios y donaciones
Participantes: Néstor, Mauricio, José, Raúl Martínez, Roberto Castro, Waldo Acevedo, Bernardo Loyola, Eduardo Guerra, Carolina Guerra